CRÓNICAS DE LOS VIAJES – Virgen María Santa

LAS CRÓNICAS DE LOS VIAJES
HISTORIA DE LAS VIVENCIAS

RUTA LOS PASOS DE LA REVELACIÓN
«LA REVELACIÓN DE SANTA TERESA»

La historia de esta ruta comienza el día 1 de mayo del año 2019.

M.Carmen y M.Dolores decidimos hacer un viaje de fin de semana a Asturias, con nuestros respectivos maridos. Durante el viaje había programado hacer dos paradas, una en Aranda de Duero para dormir ese día y recordar el viaje de años atrás; la otra parada sería en Valladolid para poder visitar la Catedral.

Salimos rumbo a nuestro viaje, M. Dolores y yo íbamos sentadas en la parte trasera del coche. Tras unas cuantas horas, me quedé adormecida. De repente sentí una voz que me hablaba y me decía:

“Estáis en tierras de Castilla, mi tierra” la misma voz me mostraba la imagen de toda esa zona, pero con muchos siglos atrás. Me mostraba la imagen de una pequeña aldea y la entrada a un lugar de piedras, y seguía hablando “Debéis ir a visitar este lugar, el pueblo donde nací, allí hallaréis la historia, mi historia, la historia de SANTA TERESA”. Apreté el brazo de M.Dolores para que apuntase en un papel lo que me estaban diciendo “en este viaje debéis hacer parada en la Basílica, en La Gran Promesa”. En ese momento los hombres empezaron a hablar y yo salí de ese estado de trance.

Seguimos con el trayecto y comentamos las dos lo que me había ocurrido. A M.Dolores le impactó, pero no le dimos más importancia. Llegamos a Aranda de Duero para hacer noche y disfrutar de una buena cena típica del lugar.

Al día siguiente emprendimos viaje rumbo a Valladolid, para visitar la Catedral, y justo a la entrada de la ciudad el móvil de M.Dolores empezó a hablar, nos miramos las dos con cara susto e incredulidad. El móvil estaba en medio de las dos y ninguna lo había tocado, y lo más increíble es que estaba indicando una ruta y un punto de destino. Nos estaba guiando a una Basílica. Les indicamos a nuestros maridos que tal vez deberíamos cambiar un poco la ruta, a lo que ellos se negaron, porque el tiempo estaba calculado para poder llegar a la hora acordada a Asturias. Entramos en una rotonda y casualidad, la dirección que debíamos tomar estaba cortada, así que teníamos que girar a la izquierda como nos estaba indicando el móvil de M.Dolores. En la calle por donde giramos encontramos un semáforo que se puso en rojo, en ese momento el móvil nos avisa «ha llegado a su destino” y miramos y delante teníamos la fachada y entrada de LA BASÍLICA DE LA GRAN PROMESA. Salimos del coche a toda prisa ante la incredulidad y enojo de nuestros maridos.

Bueno, explicar en palabras la sensación y emoción que sentimos las dos al entrar en esta Basílica, es bastante difícil, pero si os puedo decir que el corazón parecía que se nos salía del pecho. Era una sensación de paz y a la vez emoción por haber sido guiadas hasta este lugar. Ahora vais a poder disfrutar de la vivencia relatada por M. Dolores:

“Llegando a Valladolid nos dirigíamos hacia la Catedral cuando girando por una calle, sin más, se me encendió el teléfono con el Google maps. Yo nunca lo llevo encendido el sistema de ubicación, y nos dirigía, que girásemos a la izquierda y a doscientos metros llegaríamos a destino. Nos quedamos parados y coincidencias, nos pilló un semáforo en rojo y nos volvió a decir” ha llegado a su destino”. Sin pensarlo bajamos del coche con la cara de no saber que pasaba por parte de nuestros maridos.

Nos pusimos en la puerta de un edificio que resultó ser LA BASÍLICA DE LA GRAN PROMESA, enfrente de la otra acera una imagen del SAGRADO CORAZÓN. Sin pensarlo entramos y en ese mismo momento, a las dos el corazón se nos puso a latir a cien por hora, al entrar y ver la gran imagen del SAGRADO CORAZÓN, con sus manos abiertas acogiéndonos y dando su bienvenida. Nos dio por llorar, pero al girarnos a la derecha vimos un vitral iluminado, con la imagen de SANTA TERESA DE JESÚS. Fue más emoción todavía.

Con toda esta emoción tuvimos que reaccionar porque habíamos dejado sin más a nuestras parejas en el coche, así que salimos de la Basílica. “

Hicimos la visita a la Catedral y al museo, con intención de poder ver el Velo de la Verónica. No hubo suerte para ello, se lo habían llevado a Madrid. Así que aún nos quedaba por cumplir un objetivo, comprar el rosario blanco pedido per la Virgen. Se hizo la hora de comer y mientras esperábamos que nos sirvieran, saqué mi libreta de los mensajes recibidos por la Virgen. NO ME LO PODÍA CREER, por tres veces la Virgen me indicó en sus revelaciones que en el viaje que teníamos que realizar debería visitar LA BASÍLICA. Acabamos de comer y nos dirigimos a la única tienda que vendían objetos religiosos, y mientras esperábamos que abriesen el local, miramos la calle de delante, y sorpresa para nosotras, volvíamos a estar delante de la BASÍLICA y la puerta estaba abierta. Decidimos volver a entrar, y otra vez volvimos a sentir la emoción en nuestro corazón. Yo me fui a un rincón de la izquierda donde parecía que algo me llamaba y M. Dolores quedó rezando al SAGRADO CORAZÓN.

No sé qué había en aquel lugar, pero mi corazón parecía que quería salir de mi pecho, y no paraba de suspirar atraída por una luz y una gran energía que me arropaba.

M.Dolores me vino a buscar con un señor que resultó ser el encargado de la sacristía. Le pregunté que tenía ese rincón tan especial, que hacía sentir a mi alma un profundo sentimiento de amor, a lo que él me contestó que era normal porque ese rincón era muy especial. En ese lugar se encontraba una reliquia del verdadero madero de la cruz de Jesucristo y la luz de la llama viva, ofrecida y traída expresamente desde Jerusalén.

Os dejo la continuación del relato de M .Dolores:

“La tardanza puso nerviosos a los conductores, sonó el móvil con la correspondiente llamada de atención de un señor que resultó ser el conserje de la sacristía. Me disculpé y lo seguimos a la sacristía y al entrar había la imagen de la Virgen del Rosario preciosa blanca. Conversamos un poco con él, nos dimos a conocer y le explicamos lo que nos había pasado por la mañana, él acabó emocionándose con lo que le estábamos explicando. Le preguntamos si en este lugar vendían rosarios blancos, a lo que contestó que sí. Nos hizo pasar al despacho de la sacristía y nos regaló un paquete de rosarios blancos para entregar a los enfermos. Asombradas por el obsequio, vimos que había un jardín, y amablemente nos lo enseñó. La paz que respiramos en ese momento nos hizo reflexionar que allí deberíamos volver para hacer un retiro.

Salimos de la Basílica sin ganas de marchar, pero nos estaban esperando nuestros maridos. Continuamos el viaje a nuestro destino de mini vacaciones, pero nuestros pensamientos y corazón, habían quedado prendados de aquellos momentos en la Basílica.”

FOTOS ORIGINALES DEL DÍA

*Llegada a la BASÍLICA DE LA GRAN PROMESA*

REGRESO A VALLADOLID, LA AVENTURA DE NUESTRO VIAJE

M. CARMEN

En el mes de Junio M. Dolores y yo decidimos programar el retiro espiritual a Valladolid, para la primera semana de Agosto.

En este viaje aprovecharíamos en nuestro primer día, para visitar el pueblo de Santa Teresa.

El día 1 de Agosto del 2019 salimos 8 personas y nuestro chófer, desde Barcelona rumbo a Ávila. Todas estábamos nerviosas pero a la vez ilusionadas, como niños que van a experimentar algo nuevo por primera vez.

No sabíamos que nos encontraríamos en este viaje, pero estábamos convencidas que alguna experiencia bonita viviríamos, pues teníamos la bendición de la Virgen, y la revelación de lo que deberíamos realizar durante nuestra estancia en el retiro.

Mis compañeras no tenían ni idea de lo que se realizaría durante los cinco días, pues todo en el viaje era una sorpresa para ellas.

Yo llevaba conmigo las instrucciones ofrecidas por la Virgen. Los 8 libritos de nuestros ejercicios espirituales, con los Laudes de la Virgen dedicados a su hijo Jesús con todo su amor. Las libretas de sus mensajes recibidos y los escritos de algunas de sus revelaciones. También algunas revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús. En fin, todo lo que se me había pedido que llevase estaba dentro de una maleta, para poder compartir durante esta nueva experiencia que estaba a punto de empezar.

Y así fue. Nada más salir de Barcelona, apareció la voz de Santa Teresa, haciendo su primera revelación en este viaje:

«Mis queridas palomitas, os acompañaré durante todo el viaje, y como muestra de ello en el cielo os iré dejando señales con forma de alas, con forma de plumas. Ellas os irán guiando hasta el lugar donde deberéis llegar, al pueblo donde yo nací. En el visitaréis el palomar, lugar entrañable de mi infancia, la iglesia del Arcángel y la de las Nieves donde se haya mi imagen. Allí os volveré a contactar.»

Y así fue. Durante todo el camino en el cielo aparecían nubes con forma de alas, todo el camino hasta llegar a Ávila. Justo cuando estábamos llegando al pueblo de Santa Teresa, apareció una forma extraña en el cielo, entre medio de las nubes, una corona.

Todas estábamos emocionadas, era increíble todo lo que durante 9 horas llevábamos viendo, los misterios de sus señales.

Llegamos a Gotarrendura con la intención de visitar rápido las dos iglesias y el palomar , pues debíamos llegar a Valladolid antes de las 8 de la tarde.

Os puedo decir que todo lo que en ese pueblo se puede visitar está impregnado con su esencia, pues a pesar del tiempo transcurrido, el lugar sigue transmitiendo el tiempo y las vivencias de la pequeña Teresa, «Santa Teresa.»

Estas fueron sus palabras cuando entramos al palomar:

» Siendo yo pequeña me gustaba de visitar este palomar. Pensaba que las palomas eran Ángeles que alzaban el vuelo para encontrarse con Dios. A la salida del pueblo dirección a Ávila, recorría el camino para llegar hasta el cerro de las tres cruces, a unos 13 km de este lugar en el que os encontráis. Este también es un lugar especial para mí, que también deberíais visitar.»

Bueno, después de estas sus palabras todas nos quedamos asombradas.

No nos dio tiempo a visitar el pueblo que nos había indicado Santa Teresa, pues se nos hacía tarde para llegar a la hora programada, a la Basílica de Valladolid.

A las 19.30 llegamos al Centro de retiro espiritual de La Basílica De la Gran Promesa. Era la primera vez que dormiríamos en un convento. Todo era nuevo para nosotras. Sabíamos que íbamos a compartir cinco días de retiro, un retiro que cambiaría nuestro interior para siempre.

Cinco fueron los días que compartimos en el Centro de la Basílica de La Gran Promesa.

Llevábamos nuestros propios ejercicios espirituales, las oraciones y Laudes, que con tanto amor nos había revelado la Virgen.

Nos ofrecieron la única sala que les quedaba libre, para que pudiésemos realizar nuestros ejercicios. Y cómo no, la sala tenía el nombre de «SANTA TERESA.» Pedimos también poder utilizar una capilla, para nuestros momentos de silencio y recogimiento. Otra sorpresa más. Se nos ofreció poder utilizar la capilla de «La Congregación Mariana.»

No se puede explicar con palabras el sentimiento que te invade estar ante su presencia, ante la imagen del CRISTO DE LA HUMILDAD.

Cada día teníamos un Laude y una oración, para leer, sentir y experimentar su significado.

Cada Laude nos llenaba de amor el corazón. Cada oración iluminaba nuestro espíritu. La lectura de la revelación del día, nos hacía vivir, sentir y experimentar la presencia de DIOS.

Y llegó el último día de nuestros ejercicios espirituales, dónde debíamos realizar el acto de la consagración revelada por la VIRGEN.

Lo que vivimos ese día, en ese lugar, y con ese acto, es algo que ninguna de nosotras podrá olvidar jamás.

Dios tocó nuestro corazón. Su luz iluminó nuestro interior. Y la explosión de sentimientos, llanto, silencio y amor, transformó nuestro interior. Nos inundó una Paz como nunca antes habíamos experimentado. Y esa Paz aún a día de hoy, la seguimos sintiendo, cada vez que nos llega el recuerdo del momento.

Así que decidimos que esta experiencia tan maravillosa e increíble de viaje, deberíamos compartirla con otras personas. Para que también pudiesen experimentar, sentir y vivir, la experiencia del viaje y los pasos de las revelaciones.

Y así nació el proyecto de las RUTAS DE PEREGRINAJE DE MARÍA SANTA.

FOTOS DEL VIAJE

DE BARCELONA A ÁVILA